TRASTORNOS DE PERSONALIDAD
Grupo
de afecciones caracterizado por un fracaso general para aprender a partir de la
experiencia o para adaptarse convenientemente a los cambios, dando lugar a una
angustia personal o a un deterioro de la vida socia del paciente.
Los
trastornos de la personalidad no son formas específicas de enfermedad, sino
modos de comportamiento que se hacen especialmente obvios durante los períodos
de estrés. Suelen ser inicialmente reconocibles en la adolescencia y se
prolongan durante toda la vida, conduciendo frecuentemente a una depresión o
ansiedad.
TIPOS:
Los tipos específicos de trastornos de personalidad se dividen en tres grupos;
a menudo existen coincidencias entre los tipos, en particular dentro de cada
grupo. El primer grupo se caracteriza fundamentalmente por una conducta
estrafalaria. Las personas paranoides muestran una desconfianza injustificada, las
personas esquizoides son emocionalmente frías y tienen dificultades para
establecer relaciones sociales, y las personas esquizotípicas presentan rarezas
en sus conductas similares a las de la esquizofrenia, aunque de menor
intensidad.
En
el segundo grupo, el comportamiento tiende a ser teatral y las emociones son
expresadas con intensidad. Los individuos histriónicos son muy excitables y están
constantemente anhelando el estímulo de su “público” los narcisistas poseen un
exagerado sentido de su propia valía e importancia, y aquellos con una
personalidad antisocial son consecuentemente incapaces de adaptarse a las
normas sociales.
Un
temor y una ansiedad general caracterizan a las personas del tercer grupo, en él
se incluyen a las personas con trastornos de evitación, extremadamente
sensibles a la crítica; personalidades dependientes, que carecen de autoconfianza
y no pueden funcionar independientemente; personas compulsivas, que son
perfeccionistas, rigurosas en cuanto a sus hábitos o costumbres y
emocionalmente fríos, y los tipos pasivo-agresivos, que se oponen a las
peticiones de otras personas respecto a la mejora de sus rendimientos en el
trabajo o en casa.
TRATAMIENTO: Las formas habituales de tratamiento son el asesoramiento
y la psicoterapia individual. Debido frecuentemente a la falta de cooperación de
estas personas, puede resultar difícil alcanzar incluso objetivos simples,
tales como la evitación de complicaciones por sobremedicación o por hospitalización,
o el mantenimiento de las relaciones personales y los empleos.
En el psicoanálisis puede establecerse una relación de ayuda terapéutica
entre el paciente y el médico. De una manera ideal, esto establece una base
para cambios graduales en la personalidad a medida que el paciente comience a
comprender las causas que motivaron su conducta inadaptada.
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