ESQUIZOFRENIA
Término
general que define un grupo de procesos psicóticos caracterizados por la
existencia de alteraciones en el pensamiento, en las reacciones emocionales y
el comportamiento. A la esquizofrenia a veces se le denomina <doble
personalidad>, pues los pensamientos y los sentimientos del paciente no
guardan una relación lógica entre sí.
La esquizofrenia
es una enfermedad invalidante de larga evolución que casi siempre implica
alteraciones crónicas y cierto grado de cambio de personalidad.
CAUSAS:
Se ha demostrado que la herencia tiene importancia en la aparición de la
esquizofrenia. Los familiares de primer grado (padres, hijos o hermanos) de esquizofrénicos
tienen un 10% de posibilidades de padecer la enfermedad; los familiares más
lejanos tienen posibilidades menores. Si ambos padres son esquizofrénicos, cada
uno de sus hijos tiene una posibilidad entre tres de serlo, y si uno de dos
hermanos mellizos desarrolla una esquizofrenia, el otro alrededor de un 50% de posibilidades
de verse afectado. También se ha demostrado que ciertos fármacos, como las
anfetaminas, pueden desencadenar una esquizofrenia y que los fármacos que
bloquean la acción de la dopamina (sustancia química del cerebro) suelen
aliviar los síntomas de la enfermedad. Parece probable que el estrés en la vida
del individuo empeore la esquizofrenia.
SÍNTOMAS: La esquizofrenia puede comenzar insidiosamente: el paciente
se aísla, se hace más y más introvertido y pierde su motivación lentamente. El cambio
puede no notarse durante meses o años, hasta el paciente comienza a sufrir
delirios (ideas falsas que no siguen un planteamiento lógico) o alucinaciones
(experiencias sensoriales en ausencia del estímulo exterior correspondiente). Otras
veces la enfermedad comienza más bruscamente, generalmente en respuesta a algún
estrés exterior.
La mayoría
de los esquizofrénicos padece también de diversas alteraciones del pensamiento
que dificultan la concentración o claridad del pensamiento. Los afectados dicen
que su pensamiento está bloqueado, o que una fuerza exterior lo ha colocado en
sus mentes o retirado de ellas. También pueden creer que sus pensamientos son
conocidos por la gente que los rodea; en algunos casos los pensamientos se
experimentan como ecos dentro de la cabeza.
La
esquizofrenia puede acompañarse de trastornos maniacodepresivos, especialmente en
las primeras fases. Al evolucionar la enfermedad, sin embargo, suelen atenuarse
muchísimo las emociones y aparecer un despegamiento de otras personas cada vez
mayor y una falta de interés de las aficiones y actividades. El comportamiento
es cada vez más excéntrico y frecuentemente se cae el desaliño personal.
DIAGNÓSTICO: Según los criterios hoy vigentes, el diagnostico de esquizofrenia
solo puede hacerse si la persona tiene de forma continua signos de presentar
una profunda ruptura con la realidad y existen pruebas de fragmentación (desorganización)
de su personalidad durante al menos seis meses de su vida. En estos seis meses
debe haber al menos una fase en la que haya habido alucinaciones, delirios o
alteraciones intensas del pensamiento.
TRATAMIENTO: El tratamiento se fundamenta en los antipsicóticos (como
la clorpromacina), algunos de los cuales pueden administrarse en inyección depot
de larga duración, que alivian los síntomas y hacen al paciente más receptivo a
la psicoterapia. El tratamiento farmacológico Alicia eficazmente los síntomas más
evidentes, como las alucinaciones, pero pueden reproducir efectos secundarios (especialmente
disquinesias, movimientos musculares anormales y temblores).
Los esquizofrénicos pueden recibir su tratamiento inicial en el
hospital; una vez controlados los primeros síntomas, la mayoría se reintegra a
la comunidad. La existencia de hospitales de día, buenas viviendas y oportunidades
laborales pueden ser de gran utilidad para controlar la sintomatología,
aumentar la autoconfianza del paciente, evitar las recaídas y reducir el
estigma que acompaña a las enfermedades mentales.
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