SALUD EMOCIONAL
Poseer salud emocional implica tener habilidad para controlar las
emociones, sentirnos cómodos al expresarlas, y hacerlo en forma apropiada. Los
sentimientos y los pensamientos se influyen recíprocamente, la calidad e
intensidad de lo que sentimos depende de lo que pensemos respecto de los otros
o de un acontecimiento determinado y, viceversa, lo que sentimos respecto a
alguien o a algo va a afectar nuestro discernimiento respecto a eso.
Es por
esta razón que si aprendemos a modificar nuestro pensamiento, girándolo de lo
negativo a lo positivo, vamos también a producir un cambio en nuestro
campo emocional y en nuestra salud integral.
A lo largo de la historia de la
humanidad la búsqueda de la felicidad ha sido una preocupación universal y
permanente, al tiempo que un motor para la vida misma. El concepto ha tenido
una significación diferente según las épocas y las diversas culturas pero bajo
este significado subyace siempre la idea de que, de alguna manera, es posible
alcanzar algún grado de plenitud en determinadas circunstancias.
Por otra parte, aunque los seres
humanos pertenecientes a un tiempo y cultura determinada compartimos muchos
parámetros respecto de lo que nos hace felices, hay una felicidad para cada
persona. Lo que produce contento y alegría es absolutamente subjetivo y está
directamente relacionado con el propio sistema de creencias, principios y
valores.
Cuanto más nos aboquemos a la realización de aquello que nos produce alegría, contento o felicidad, más estaremos haciendo por alcanzar salud en todos los planos.
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